- El plano normativo en la discusión de respuestas a la cuestión : ¿que teoría de la justicia debería aplicarse a una determinada sociedad? y
- A la búsqueda de evidencia empírica que identifique a los principales factores que expliquen dicha desigualdad para el caso peruano. En este segundo punto el principal resultado nos lleva a señalar a la educación como la principal variable explicativa de la desigualdad para el caso peruano.
Si bien ambas aristas resultan relevantes al momento de abordar el tema de la desigualdad, tengo la impresión a ojo de buen cubero (como nos diría el profesor Dancourt) que no se le ha dado mucho espacio a una tercera pregunta: ¿qué teoría de justicia social explica mejor la situación del conjunto de políticas económicas en una sociedad y su respectivo correlato en las relaciones sociales?
Esta tercera pregunta no busca una posición normativa al respecto, ni los factores explicativos de la desigualdad (que como repito son sumamente importantes), sino mas bien dar una lectura o aproximación a ¿cómo están funcionando las cosas en esta campo?; es decir un diagnostico de la situación actual.
Por ahora solo busco dar unos plumazos al respecto y tan solo abrir la pregunta, abrir el cuestionamiento para los interesados.
¿UTILITARISMO A LA VISTA EN EL CASO PERUANO?
La escuela utilitarista, desde mi perspectiva, tiene dos características esenciales:
1. Su función objetivo: MAX ∑ UI
Es decir la maximización de la función de utilidad agregada de la sociedad; es decir maximizar la “felicidad” de la sociedad en su conjunto. “A priori” salta una interrogante: ¿quién puede definir la utilidad agregada de una sociedad?, es decir ¿quién puede decidir como una sociedad va a ser más o menos “feliz”?
2. El “consecuencialismo” que en resumidas cuentas nos dice que toda acción o decisión tomada debe ser evaluada en función de las consecuencias o resultados obtenidos. Esta segunda característica termina estando fuertemente enlazada a la primera, dado que toda medida o política económica va a ser medida en función de cómo su resultado contribuye a la obtención de la función objetivo utilitarista.
Para el caso peruano parece claro que ya hay configurado un discurso oficial de la “felicidad” de la sociedad en su conjunto, es decir la función objetivo es clara y es en resumidas cuentas el actual modelo de crecimiento económico que al parecer nos estaría llevando a fabulosos resultados.
Dada la función objetivo, entonces el conjunto de políticas económicas son monitoreadas y aprobadas en función de la obtención de resultados de dicho objetivo. De esta forma, una concepción de “felicidad” se coloca por encima de otras concepciones de “felicidad”, sin ni siquiera hacer el esfuerzo de escucharlas y de esta forma generar el dialogo y debate que conlleve a soluciones dialogantes –que dentro de un país “democrático” debería asumirse como una necesidad, más aún si reconocemos la heterogeneidad cultural de nuestro país- .
Como resultado, de no dialogar, ni siquiera de escuchar y hacer caso omiso a cualquier cuestionamiento al vector de políticas económicas en procura de la “felicidad” oficial se obtiene el posicionamiento hegemónico y jerárquico de una postura sobre otras. Con lo cual se plantea el vector de políticas económicas con el objetivo de llegar a esta única concepción de felicidad y como es natural dicho vector es implementado muchas veces violando derechos fundamentales de las minorías que como respuesta ha generado el vector de movimientos sociales en el país.
Para ejemplo, el conjunto de decretos ley en procura del TLC con EE.UU. que fueron aprobados sin ningún tipo de consulta a las poblaciones directamente afectadas. El caso más ilustrativo es el de la Ley de la Selva que hizo que la población se organizara y se levante literalmente “en armas” para que dicho decreto no sea del todo aprobado y finalmente corregido.